lunes, 22 de septiembre de 2008

“Alea jacta est” LA SUERTE DE LA RIOJA ESTA ECHADA

¿Qué pasa en la administración riojana?
Exactamente lo mismo que en el resto de las administraciones españolas, sean estas, central, autonómica o local; “que mas da”.
Hay un fenómeno de usurpación del poder; en la administración riojana aparece el consejero-político, que genera una resistencia en la alta burocracia, lo que obliga a pactar o a triturar esa burocracia. Esto ha ocurrido también a nivel del gobierno local (hábilmente manipulado por esta figura autonómica consejero-político), aunque, al principio, a nivel regional no fue así, porque se trataba de una nueva administración, ahora ocurre lo mismo que en el resto de las administraciones. Sin embargo, la burocracia subsiste y no se limita a cumplir las órdenes, sino que interviene de manera profunda en las decisiones y en la ejecución, de manera que hay una usurpación clandestina del poder.
Analizando las memorias de varios gobernantes de la rioja se puede saber lo que hace el gobernante. El día de un gobernante se pasa atendiendo audiencias (unas seis diarias), atender llamadas telefónicas (unas treinta al día), asistir a reuniones (de ordinario dos al día) y participación en treinta o cuarenta comisiones formales e informales. A lo menos, un viaje a la semana y la recepción de una montaña de correspondencia e informes al día. A todo ello se suman las recepciones, cócteles y banquetes, que son una prolongación de la jornada de trabajo. El gobernante es una persona que está reunido comiendo, conversando y hablando por teléfono al mismo tiempo. Todo esto lleva a superar la capacidad física e intelectual de los gobernantes y paraliza el sistema de decisiones. ¿Hay tiempo para el estudio y la reflexión de los temas importantes? La conclusión es: "En las áreas del Poder no se piensa: se improvisa". Modelo de este ejemplo lo tenemos en las figuras de numerosos miembros del Gobierno de La Rioja.
El poder se convierte en un laberinto que muy pocos conocen y que hasta puede no tener salida.
Estos políticos de la rioja se transforman en político-administradores con la contradicción política-administración, pero el secreto del buen gobierno es la integración de estos dos factores que no son contradictorios. Pero estos políticos intentan usar a los administradores y resulta, a veces, que los administradores terminan usándolos. Ante esta situación el político trae su propio equipo leal y se gana la desconfianza y oposición de la estructura burocrática.
Finalmente, el resultado es que no se gobierna: “se controla” “se persigue a quienes molestan” a veces "se resuelven expedientes" inerciales, en esto emplean su tiempo. La acumulación de estos expedientes impide que se formule una política y se cierra el círculo vicioso. La designación que los gobernantes hacen de los altos cargos no se hace por razones políticas ni por pericia técnica. Los factores relevantes son la pertenencia a "una familia política", y sólo cuando esa "familia" está totalmente ocupada, se recurre a otros elementos, creado dos grupos: “la familia” y “sus oponentes”. "Los directores de la administración riojana, no es que ignoren los principios más elementales de la administración, es que desconocen la existencia de esta rama del saber" y la irresponsabilidad es el corolario de esta situación: "los errores, por graves que sean, no repercuten en el cargo".
Las decisiones e iniciativas nuevas se generan en los niveles inferiores; dado que ellos no pueden actuar, hay que seguir un largo proceso en los distintos niveles, por ejemplo, en la actual crisis económica, y dada la situación del sector de la construcción, a un director de la administración riojana se le ocurre poner una tasa a las empresas de este sector (ha ocurrido en días pasados) pasa un informe a la instancia superior y ésta al consejero de turno, con información adicional, éste puede enviarla al jefe supremo acompañado de otros estudios y junto a decenas de otras carpetas con otras proposiciones. Finalmente, llega al Consejo de Gobierno. Cualquier error o duda que surja del fajo de documentos significa una vuelta y un lento retorno al mismo nivel. Finalmente, puede aprobarse el cambio en la reglamentación, después de numerosas gestiones, pero han pasado los meses y los constructores riojanos han debido hacer gastos para cumplir la normativa y funcionar; esto en época de crisis e intentando todos los agentes sociales en buscar formulas para paliar dicha crisis: “toma iniciativa del gobierno de la rioja”.
Ya que hablamos de la crisis y de las que nuestro Presidente parecía conocer mejor que el resto del estado su llegada y la gravedad de la misma ¿para que coño monta un pabellón en la expo de Zaragoza? tan listo como es mejor hubiese destinado ese dinero a paliar la misma, y no crear tasas a destiempo. Pero claro esta, no tendría “las fotos para vender la burra”.
Estos casos resultantes están reservados a plumas inspiradas como la de Kafka.
Detrás de las bambalinas del poder. Para gobernar hay que tener poder, pero en la realidad los poderes son muy limitados y tanto los recursos humanos como los financieros son decididos en otros niveles. El presupuesto es un sistema que arrastra los gastos consolidados de año en año, de manera que es casi imposible reducirlos, so riesgo de impedir la continuidad del servicio público.
De esta manera se impide que cada nuevo consejero desarme la organización existente. Los efectos inflacionarios son inevitables. Al mismo tiempo existe la inevitable oposición entre inversión y consumo, según una clasificación arbitraria. Entre construir un Aeropuerto, para volar cuatro gatos y pagar sueldos, primará la inversión en el Aeropuerto aunque se pierda dinero y aunque ello conlleve la congelación salarial de los funcionarios. Es la inercia del "estado de obras", interesa construir un hospital, según nuestros políticos regionales el mejor de España, y significa que se autoriza la compra de instrumental médico, pero se rechaza la contratación del personal que va a usar ese instrumental, conclusión: el hospital solo sirve al interés político para ganar unas elecciones y para nada a los ciudadanos a quienes va destinado aun a pesar de la fuerte inversión realizada.
"En lógica, el presupuesto debería ser consecuencia y no condición, de las intenciones político-administrativas". Si la elaboración del presupuesto esteriliza la imaginación política, la ejecución del presupuesto es la máxima expresión de la desconfianza, y la única forma de hacer cosas es con la ayuda de la trampa y el delito bienintencionados. Los controles lo único que controlan es si la documentación está en regla; ello estaría bien si evitasen la corrupción y el despilfarro, pero el control es meramente formal y además tiene un enorme costo.
Nada puede gastarse si no está presupuestado; si en una granja propiedad el gobierno regional, donde hay vacas y el precio del forraje sube, lograr el aumento o transferencia correspondiente exige tanto tiempo que las vacas habrán muerto de hambre cuando se consiga el cambio. Si el responsable de la granja evita las muertes de las vacas por otros procedimientos, será procesado y sancionado, siempre que no sea un alto cargo nombrado por el gobierno del PP, entonces la responsabilidad recaerá en el más bajo.
En la rioja, los funcionarios han perdido sus privilegios laborales y, muy particularmente, el de la estabilidad en el empleo, que era su ventaja tradicional; han perdido sus ventajas redistributivas y la paz laboral que antes se aseguraba, han retrocedido en derechos sociales. Los políticos actuales del PP han creado un nicho ambiental que condiciona el comportamiento del funcionario riojano, si nada les puede pasar, lo mejor es trabajar lo menos posible, la productividad es escasa y su única ambición es esperar que llegue la jubilación. Otros optan por el ocio o por buscar un trabajo adicional. Este comportamiento no es innato: al funcionario riojano le han hecho aprender que el trabajo y el rendimiento son factores absolutamente intrascendentes en la carrera funcionarial. La mala mecanógrafa recibe una página, la buena diez, a la hora de cobrar, el monto es el mismo. El otro factor que provoca desengaño es que el mérito no se considera, lo que vale son las maniobras políticas, sindicales o corporativas. En estas circunstancias la iniciativa honesta del funcionario es muy escasa. La solución evidente es valorar el trabajo y el rendimiento, pero en todos los niveles de la escala jerárquica hay parásitos que se opondrán a que estos valores se consideren, porque podrían ser desplazados.
"En síntesis la administración riojana esta organiza con vistas a la mediocridad y la holganza".
Colofón: “para superar la actual crisis es posible que se les ocurra congelar los salarios de los funcionarios, y posiblemente en las próximas elecciones autonómicas el río ebro sea navegable y tengamos puerto en Varea”.
“Alea jacta est” la suerte de La Rioja esta echada.