miércoles, 15 de abril de 2009

"HAY CANDIDATO Y DA LA TALLA"

De nuevo la misma historia, de nuevo los mismo protagonistas. Harto estoy de escuchar la misma cantinela todos los días y a todas las horas. Me refiero a los militantes de la izquierda que en vez de dirigir sus dardos a la derecha, pierden el tiempo en agredir al candidato socialista. Particularmente, cuando se pone en cuestión el accionar de figuras públicas, como es el caso de Francisco Martínez Aldama (cariñosamente Quico), resulta sorprendente como tanto la derecha como, lo que es peor, parte de la izquierda coinciden en darle un tratamiento similar al cuestionar su rol en la política. Esto se evidencia, de manera más explícita, en las imputaciones de que ha sido objeto Quico por parte de Ppedrone, agresiones que se basan, sobre todo, por su condición de ser socialista.
Pareciera que a ciertos sectores su presencia, se les hace insoportable, la legitimidad respecto al acceso y ejercicio de poder por parte de Quico, es diferente, primero, porque parece que debe demostrar doblemente su capacidad y vocación, -a diferencia de otros-: a la oposición y a algunos militantes de la izquierda.
Esta premisa se corrobora revisando las constantes manifestaciones de Ppedrone, que en un intento de deslegitimar a la figura pública que ostenta, sacan a relucir descalificaciones como que la de que “no da la talla”. Trasnochada manera de pensar.
Por otra parte, encontramos a unos militantes de la izquiera, hablando en nombre de no se que movimiento, haciendo alarde de la "supuesta falta de “talla política", sin capacidad de aclarar cuál es para ellos la actual “talla política” o que es lo que entienden por “dar la talla”, haciéndole el juego a la derecha.
Si bien la agresión constante sufrida por Quico tiene fuertes connotaciones políticas, sobre todo internas, la forma y contenido de la afirmación “dar la talla” tiene una intención de deslegitimación del candidato, se golpea al mismo y al partido, se pone en cuestión sus capacidades, y con ello su capacidad de gobernar en un futuro.
Dada la importancia de los objetivos a alcanzar, los mecanismos, la vastedad de recursos de toda clase a utilizar por parte de este movimiento, no parece que sus integrantes reúnan los triunfos necesarios éticos y morales para encabezar alguno de ellos una candidatura opositora deseable y eficaz. Deseable y eficaz en la lucha contra la derecha retrograda de nuestra región ya que, si todos los esfuerzos que hacen contra Quico los encaminasen en esa línea, otro gallo nos cantaria. Carecen del mínimo requerido como opción opositora para impulsar un proyecto político-social. Las ansias de poder los delata. Individualizados y desunidos, cada vez que se acerca un periodo electoral, asoman la nariz. Si en algún momento había la esperanza de contar con una oposición a Quico, inteligente, unida, capaz de impulsar el mejor desenvolvimiento, ya vemos todos los días que no es así. No están dispuestos a ayudar. Es un inútil intento por desprestigiar al candidato y de rebote desprestigian al partido. El derrocamiento de Quico. El individualismo es la única característica distintiva de esta gente.
Pierden porque el ataque es masivo, se lo realizan por todos los frentes, político, ideológico y a veces hasta en lo personal. Las reparaciones al daño causado tras mucho tiempo de demencial ataque son enormes. La solución tarda pero llegara.
No tienen significado, no manejan ni lo harán por su estupidez los proyectos de futuro. No quieren participar y lo volveremos a comprobar en las próximas elecciones, cada vez están más solos en su desunión. Su actividad, no opositora, porque lo que hacen no es oposición, es desestabilización, tratando de hacer quedar mal a Quico. De momento, Quico, esta porque así lo quiso la mayoría de los militantes. Hay candidato y “da la talla”.
A todos ellos el tiempo les hará alguna mención como desleales al partido y al candidato. Se les recordara así.